Miradas Cómplices constituye un laboratorio de ideas, de reflexiones fotográficas e imágenes que, quizás, encuentren vuestra complicidad.

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miércoles, 23 de septiembre de 2015

Garry Winogrand sin etiquetas


1968 - 69 © Judy Winogrand

Vivimos en un mundo de etiquetas. Cada cosa tiene que tener un nombre y un apellido. Todo tiene que tener una clasificación, un ordenamiento. Y el mundo de la fotografía no es la excepción.
En la actualidad, en lo que concierne a la llamada fotografía urbana, fotografía de calle o en su anglicismo street photography,  las clasificaciones están al orden del día y todo ello lleva a más confusión y ambiguedad.  Al fin y al cabo sólo se trata de fotografía y, sobre ello, Garry Winogrand entendía bastante bien.


© Garry Winogrand

Durante la visita que realicé este año,  a la expo del genial fotógrafo americano, en la Fundación Mapfre de Madrid, conocí a Patricia Raijenstein, una educadora para adultos especializada en fotografía de la Fundación quien, en aquel momento,  realizaba las visitas guiadas a la expo.
Al principio de la conversación,  le comenté, a modo de presentación, que Winogrand era considerado,  por muchos fotógrafos urbanos actuales,  uno de los padres de esta práctica fotográfica documental.  Y la charla, -  con esta licenciada en historia con amplia experiencia en didáctica de la cultura visual -,  de pronto,  tuvo un cambio brusco, un giro de 180 grados que me conmovió los cimientos de las etiquetas. Para Patricia, Winogrand no es un fotógrafo documental. Sólo un fotógrafo, ni de calle, ni documental, ni de hostias.


© Garry Winogrand

“Ël quería ser poeta – señala Raijenstein – no fotoperiodista, ni fotógrafo documental. Quería que el espectador fuera activo y completara la información. No quería decir al espectador lo que tenía que pensar o decir, sino que reelaborara el mensaje con sus propias experiencias. Por eso le gusta Walker Evans porque decía que el fotógrafo era transparente”.
Y continúa. “Creo que es justamente por partir de un contexto donde la fotografía era fundamentalmente fotoperiodismo o la fotografía documental – de tradición europea- Winogrand se quiere alejar de esos conceptos, por eso nunca hablaba de lo que querían decir tus fotografías. Y le acusaban de mentiroso porque no quería decir la verdad, sino lo que él llamaba “el problema fotográfico”, es decir, que la fotografía fuera una imagen propia más allá de ser esclava a la realidad”.

© Garry Winogrand

“Lo que pasa es que al ser un fotógrafo urbano y realizar imágenes figurativas nosotros lo conectamos mucho más con la fotografía documental.  En realidad, un tema fundamental aquí es cuestionarnos qué es un documento”.
En el voluminoso catálogo de la expo,  según el texto de Sandra Phillips, a Winogrand le parecía fascinante la relación que se establecía entre el mundo real y la fotografía.  “Muchas veces – prosigue la educadora – hacía una fotografía sólo para ver como la cámara revelaba esa escena que acababa de captar, diferente a lo que estaba en su mente”.


© Garry Winogrand


“Cuando él mira, quiere entender la sociedad en la que está, no quiere contar, sino investigar. Y, por eso, quizás, más que un documento, un certificado, es una investigación, una pregunta” Según Phillips, se distancia de la fotografía documental y del fotoperiodismo. Se acoge a la instantánea, con la estética de lo cotidiano, que refleja el caos inminente. “Quiere entender una cultura. No tiene un interés sociológico o ilustrativo, sino de investigación” señala Raijentein.
En otro texto del catálogo,  Sarah Greenough comenta que” en cualquier otro contexto que no fuera el artístico, habría sido criticado por no terminar un encargo. Pero como estamos en un contexto artístico, en lugar de eso, lo premian con una exposición y un catálogo certificados por una de las instituciones más prestigiosas del país”.


© Garry Winogrand

Y para terminar este post en el cual dejo muchos interrogantes  en el aire ( al fin y al cabo,  de eso se trata para salir de las etiquetas), el mismo Winogrand decía que “el término instantánea, como tantos utilizados para hacer distinciones o encasillar a los fotógrafos y a las fotografías, es responsable de muchos malentendidos sobre la fotografía (…) Ni “instantánea”, “documental”, “ paisajista” , etc.  Son descripciones de estéticas fotográficas diferenciadas. Sólo existe la fotografía, con su estética propia y única”.


© Garry Winogrand

Hasta pronto!


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2 comentarios:

  1. Lo que comenta Patricia no es nada nuevo que no sepa quien conoce a Garry, pero el problema reside en que siempre será un gran desconocido (lo decía Thomas Roma hace poco). Es curioso que se le considere el padre de la street photography cuando bien sabemos que odiaba el término ya en los 80 y que tal medalla se le podría colgar con más atino a Atget, por ejemplo. Incluso en 1967 con la expo New Documents, varios de ellos no encajaron bien el término "document". Por otro lado, nadie ha conseguido igualarle, algo que sí le ocurre a Alex Webb o a Manos que tienen imitadores muy buenos. Es el Godard de la fotografía, la tercera vía para los que ya nos aburren un poquito los maniáticos Cartier Bresson y Ansel Adams.

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  2. Es cierto que Winogrand odiaba el término "street photography" pero también es cierto que en la década del '60, Friedlander, Meyerowitz, Tony Ray Jones, él y otros comenzaron a realizar instantáneas en espacios públicos, no sólo para disfrutar, sino para documentar en forma sistemática, la época en que vivían. Esos trabajos comenzaron a exponerse en galerías, museos y aparecieron los primeros foto libros. Y el tema del New Documents fue una invención de John Szarkowski; etiquetas que no compartían los fotografos como Winogrand. En lo que a mi me concierne creo que la supervivencia de la fotografía urbana estará ligada a los buenos y originales proyectos más allá que sean considerados documentos o arte.

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