Miradas Cómplices constituye un laboratorio de ideas, de reflexiones fotográficas e imágenes que, quizás, encuentren vuestra complicidad.

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lunes, 30 de octubre de 2017

Entre momentos de deriva



Singh nos ofrece fotografías cargadas de vida: no sólo bellas experiencias o escenas dolorosas, sino también aquellos momentos de deriva que conforman la mayoría de nuestros días” comenta el crítico y también fotógrafo Teju Cole sobre la obra de Ragubhir Singh,  en una interesante nota publicada en New York Times en 2016.


(c) Ragubhir Singh. Calcutta, 1996

Esos momentos de deriva,  tan alejados del cliché fotográfico y de las fotografías “perfectas” en composición y que intentan dar un poco de luz al caos del devenir cotidiano, eran la principal materia prima del fotógrafo indio.
En ese contexto Singh, junto con la generación de los ’60 del siglo pasado liderada por Winogrand, Friedlander, Meyerowitz y otros; generaron las bases de la fotografía de calle contemporánea más proclive a esos “sugerentes” momentos de deriva que al instante decisivo pregonado por el fotoperiodismo. Allí está una de las claves del distanciamiento entre estos dos géneros fotográficos en relación al "como" pasan las cosas en el devenir diario.


(c) Ragubhir Singh. Calcutta, 1987

No es poca cosa que el Metropolitan Museum of Art (Nueva York) haya iniciado este mes una retrospectiva sobre su obra.
Las fotografías de Singh siempre me gustan en ese desorden organizado por su adiestrado “ojo” ; en donde, los elementos periféricos, los rincones y especialmente las formas cortadas en los bordes de la composición cobran protagonismo y nos sugiere toda la vida que ocurre dentro y fuera de la fotografía. Allí emerge el valor de los “momentos de deriva” que tanto me gusta encontrar en la calle.


(c) Ragubhir Singh. Bombay, 1989


“Y todo está en su lugar correcto. Se lee como un momento de verdad cortado del flujo de la vida” señala Teju Cole.
Hasta pronto!


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miércoles, 25 de octubre de 2017

La fotografía no es sólo cosa de locales


Dicen los entendidos, que nadie fotografía mejor una ciudad que un local. Yo pienso que es así en muchos aspectos; principalmente, el fotógrafo local tiene todo el tiempo a su favor y  conoce “los entretelones” íntimos de la luz, de su gente, sus vecinos porque lo vivió desde su infancia o desde hace mucho tiempo.
Sin embargo, siempre existen  excepciones a la regla y, a pesar que “los extranjeros” no tienen el tiempo a su favor como un local; han dejado una huella indeleble, distintiva en grandes ciudades en un determinado momento cronológico. Un aporte diferencial que se materializa en grandes trabajos que complementa y cualifica la mirada local de la ciudad.
Ejemplos hay unos cuantos. Pero me gustaría nombrar en primer lugar, el Londres (de fines de los ’50 del siglo pasado) de Sergio Larraín.


(c) Sergio Larraín. Londres (1958-1959)

Desde mi punto de vista, Larraín ha mostrado como nadie un Londres como salido de una novela de Sherlock Homes, siempre nebuloso, oscuro, intrigante. Y ello aporta un acento diferencial al universo visual de esta gran ciudad.


(c) Sergio Larraín. Londres (1958-1959)

Otro ejemplo, podría ser el Chicago (de la década del ’50 del siglo pasado) de Yasuhiro Ishimoto.


(c) Yasuhiro Ishimoto. Chicago, 1950

Sus fotografías con encuadres tan típicos de la New Bauhaus me transportan a una ciudad llena de aspectos surrealistas como de ensoñación elegante. Una ciudad llena de metáforas sobre la naturaleza fugaz del paso del tiempo.


(c) Yasuhiro Ishimoto. Chicago, 1959


Con la Habana (de los años ’90 del siglo pasado) de DavidAlan Harvey pude observar el rostro desnudo de una gran ciudad venida a menos.


(c) David Alan Harvey. La Habana, 1988

Ese rostro tan próximo (al que yo conocí recientemente) lo redescubrí gracias a la mirada de este gran fotógrafo americano. Pero no sólo eso, también encontré en sus fotografías la emoción de su gente, algo muy difícil de captar sino pasas mucho tiempo en ese lugar.


(c) David Alan Harvey. La Habana, 1988

Nueva York ha tenido y tiene grandes intérpretes locales. Figuras como Paul Strand, Garry Winogrand, Joel Meyerowitz y otros grandes; suben el listón muy alto como para poder hacer algo distinto en esta gran ciudad considerada por muchos como la meca de la fotografía de calle. En ese contexto, toma un gran valor documental el trabajo del fotógrafo griego Dimitri Mellos.


(c) Dimitri Mellos. Nueva York


Tiene un punto diferencial en relación a como se acerca a la gente, como los encuadra que me transmite, de una manera arrolladora, el dinamismo de la actual urbe de una manera muy personal.


(c) Dimitri Mellos. Nueva York

Hasta pronto!


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lunes, 23 de octubre de 2017

El sol también viene de frente

Jens Olof Lasthein es un constante fuente de inspiración. Y no sólo por sus maravillosas fotografías documentales panorámicas que radiografían la vida cotidiana de espacios públicos de regiones de poca visibilidad y, en muchos casos, de perennes tensiones sociales como son algunos países de la Europa del Este. También me encanta por su manera de componer, en especial, por la variante de captar escenas utilizando el sol de frente a la cámara.


(c) Jens Olof Lasthein. De su libro Meanwhile Across the Mountain (2017)

Normalmente las fotografías a contraluz tapan demasiado las escenas, creando en muchos casos siluetas (una variante de composición bastante trillada); sin embargo,  en el caso de Lasthein (quien maneja muy bien la técnica) logra, a través de estos contraluces, una escena más sugerente y dramática sin perder ni un ápice ni de contraste ni de claridad de la instantánea.


(c) Jens Olof Lasthein. De su libro White Sea Black Sea (2009)
El truco consiste en esconder parte del sol o excluirlo de la escena a través del uso del plano en contrapicado. De esa manera, Lasthein encuentra una variante fértil de composición alejada de las trilladas siluetas.


(c) Jens Olof Lasthein. De su libro Meanwhile Across the Mountain (2017)


Y también para poder trabajar en horas con luces duras cercanas al mediodía y generar un singular contrapunto visual a la imagen.


(c) Jens Olof Lasthein. De su proyecto  Home among black hills

Hasta pronto!



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miércoles, 18 de octubre de 2017

El guiño cómplice de tu propia sombra


Siempre se aprende de los grandes fotógrafos. Nunca me canso de repetirlo en mis talleres: para entender el lenguaje fotográfico hay que observar con lupa como construyen sus imágenes los buenos fotógrafos. Y todo ello, no sólo sirve para asimilar distintas variantes compositivas para resolver problemas visuales que se avecinan a través del rectángulo de tu cámara. También sirve para tener una base, un criterio e ir un poco más allá y no aburrirse en el mero intento de “copiar” y “copiar” lo mismo, siempre.
Las influencias son buenas para capitalizar ciertos argumentos visuales y hacerlos tuyos.  En ese sentido, tengo un agradecimiento profundo con Lee Friedlander.


(c) Lee Friedlander

Ya que gracias a sus trabajos de autorretratos y sombras pude entender que, a veces, tu propia sombra, puede, entre otras cosas, darle un equilibrio a tu composición y “algo más”.


(c) Gueorgui Pinkassov

Ese equilibrio de tu propia sombra constituye un buen recurso compositivo para que no se caiga tu imagen y llene espacios que quedarían demasiado vacíos. 


(c) René Burri


Y no no sólo eso, tu propia sombra puede generar un guiño a la lectura visual de la imagen. Y ese recurso compositivo es esclarecedor.


(c) Lee Friedlander


La simple presencia del fotógrafo a través de su sombra es interactiva, la percibo como una intromisión necesaria para el buen desarrollo de la escena. En ese sentido, cuando se produce, esa yuxtaposición me parece maravillosa, íntima y nos recuerda que somos parte de la escena y, no sólo ser un extraño desde atrás de la cámara.




Hasta pronto!


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lunes, 16 de octubre de 2017

El color es la métafora de la curiosidad

Lo primero que se tiene que tener en claro cuando se visita una ciudad por primera vez, es entender su pulsación cromática. No se puede pretender fotografiar Londres como si te encontraras en Sevilla. En la teoría, este tema está más que claro, pero en la práctica no lo es tanto para muchos fotógrafos de calle. 
Y hablando de Sevilla (ciudad que visité hace poco por tercera vez),  su pulsación cromática se caracteriza por violentos contrastes de luces y sombras y colores saturados. No hay forma de evitar esos relieves y esas cualidades dramáticas de luz que tanto inspiró a pintores como Diego Velázquez, cuatro siglos antes. 


(c) Manuel Ibañez

La pesada herencia renacentista imprime un poderoso archivo visual a todo fotógrafo que aprecie la vida callejera de la ciudad. Y sirve de guía para entender como la luz crea un sello distintivo: el mediterráneo en todas las ciudades del sur de Europa y del norte de Afríca.
A mi me gustan las ciudades “con luces tenebristas” como Marrakech, La Habana,Barcelona o la ciudad que vivo actualmente: Figueres.




Harry Gruyaert estaba tan hipnotizado por todo este tema,  que decidió armar un proyecto tan subjetivo como especial: Lumieres Blanches


(c) Harry Gruyaert. Quazazate 1985
Guiado por su percepción, Gruyaert deambuló durante años por ciudades de luces cálidas y luces frías para explicar un poco esa diferencia de pulsación cromática que me animo a decir es fundamental para que la estética del color tenga un significado documental.



(c) Harry Gruyaert. Irlanda 1984

Raymond Depardon, que de esto entiende y mucho, exploró la geografía urbana de Glasgow en la década del los '80 del siglo pasado,  con la certeza de encontrarse en paisajes plomizos, oscuros de luces difuminadas, débiles e intentaba imantar la imagen con colores  mínimos para darle potencia visual a la imagen.



(c) Raymond Depardon. Glasgow

El color es la metáfora de la curiosidad” señala Depardon.“Glasgow parecía estar en las antípodas de mi fotografía. He fotografiado mucho el sur, Africa, el desierto. Y sin embargo el norte me va bien. En Glasgow no había guerras. Entonces, ¿qué podía fotografía? ¿a los niños en las calles?, ¿a los alcohólicos?, ¿el sorprendente decorado urbano?, ¿cuál era la distancia adecuada?”.



(c) Raymond Depardon. Harar, Etiopía, 2013
Hasta pronto!


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miércoles, 4 de octubre de 2017

Rincones, diagonales y asimetrías. Algunos apuntes


“Hay reglas sobre la percepción pero no sobre la fotografía” solía decir en sus talleres, el fotógrafo americano Jay Maisel. En ese sentido,  las siguientes opiniones personales vertidas en este post van en esa dirección. En otras palabras. las reglas sobre la percepción tienen que ver con resolver un problema visual.


(c) Nina Berman. Time Square, Nueva York

En ese contexto, hacer una foto en la calle (como la de Nina Berman) no es sólo intentar resolver un problema visual en poco tiempo; también requiere de mucha disciplina visual y sobretodo tener bien claro que cada uno de los rincones de la escena enmarcada en el rectángulo merecen especial interés y atención.


(c) Harry Gruyaert

Desde mi punto de vista, prestar interés a los rincones, ayuda a organizar diagonales de líneas o formas hacia varios puntos asimétricos de interés (rojos, globos y paraguas) como en esta fotografía de Harry Gruyaert que le otorgan una delicada fluidez y dinamismo a la escena como también naturalidad y aleatoriedad. A la vez que profundidad de campo.


(c) Jason Eskenazi

Los rincones, íntimamente ligados a los bordes o marcos del rectángulo, siempre sugieren “algo que está afuera” y esa sensación de exclusión voluntaria tiene su importancia; especialmente en no intentar dar todas las respuestas en la imagen. Todo lo contrario: hay que dejar interrogantes. Y ello tiene especial interés para mi.


(c) Burk Uzzle

No es frecuente que se pueda recortar un tercio derecho o un tercio izquierdo de la imagen o incluso un 10 por ciento y no perder algo que es importante” señala otro gran fotógrafo americano como Burk Uzzle. Y francamente estoy de acuerdo: los rincones ayudan también a no recortar.

Hasta pronto!



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lunes, 2 de octubre de 2017

Referéndum desgarrado



Unos días antes del  referéndum catalán (1 de octubre 2017), mientras deambulaba con mi cámara por Girona, comencé a prestar atención a algunos carteles propagandísticos del referéndum (que adornaban las paredes de varios espacios públicos) literalmente desgarrados  por manos anónimas. Mientras los fotografiaba, no dejaba de pensar lo que esos bodegones callejeros me transmitían:  una extraña sensación de ruptura, de antagonismo, de separación, de malestar. Pero también de cierta tristeza por lo que ese “desgarro intencional” expresaba.  Y ese simbolismo era tan poderoso como lo que originalmente quería decir ese cartel.


(c) Marcelo Caballero. Girona, septiembre 2017


Y así, en un obsesionado ejercicio fotográfico de rastrear carteles desgarrados, recorrí casi toda la ciudad catalana. Y sin cesar en mi “enajenamiento visual” también lo busqué en Figueres, la ciudad donde vivo actualmente.


(c) Marcelo Caballero. Figueres, octubre 2017

Hay que saber el potencial de los detalles – señala el fotógrafo Rafa Badia sobre lo que él mismo denomina como “bodegones encontrados” – que en muchas ocasiones hablan, y mucho, de los gustos, los intereses, las obsesiones y los sueños colectivos de los ciudadanos de cada época y lugar retratado”. Y algo de todo ello, nos hablan esos carteles desgarrados sobre la Catalunya actual.

Los dejo, con una muestra de estos bodegones callejeros que acabo de publicar en la plataforma Issuu




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